martes, 4 de marzo de 2014

Escuela de talentos y virtudes


“Pero bueno tú de dónde has salido, mi amor. Tú eres un monstruo” – Rosario Flores en La Voz Kids.

A mí nunca me han dicho eso.

Pertenezco al grupo de la población humilde que no destacamos por tener una habilidad especial o que no nos han “trabajado” de pequeños para desarrollarla.
Hoy en día da igual que enciendas la televisión (Omito hablar de Disney Channel porque sabemos de sobra que todos son niños polifacéticos: Cantan, bailar, actúan y hacen el pino con las orejas), que abras YouTube o que trastees por internet: Siempre aparecerá alguna noticia tipo “Soberbia interpretación la de fulanito de 9 años. Qué voz. Qué puesta en escena”, “Niño de 3 años interpreta el Para Elisa de Beethoven” o “Cultiva la calabaza más grande del mundo: 820 Kg”.

Bien. En este post no me refiero a hacer un dibujo bonito, me refiero a destacar en algo. Ser un fenómeno. Hacer X cosa sin esfuerzo, porque tienes algo dentro de ti que hace que así sea. Llámalo tener arte, talento o un don.
Sé que hay estudios que dividen las habilidades por categorías. De eso no tengo ni idea, por lo que voy a hablar de las que se me ocurren a bote pronto.

A pesar de que nací con unas estupendísimas dotes de Drama Queen, no tengo talento para las artes escénicas, ni gracia para subirme a un escenario, actuar con un nivel de manierismo de proporciones épicas y engañar a los espectadores para que se crean que soy el personaje que interpreto.
He hecho alguna función cuando estaba en el colegio y, definitivamente, no era de esas niñas que dices “Qué soltura tiene” o “Con qué naturalidad lo hace”. Yo era un Octodad* encima del escenario.
*Nota: Octodad es un videojuego de un pulpo que tiene que hacerse pasar por un humano y no llamar la atención. No da el pego ni de coña, por supuesto.

Muchas generaciones de mi familia se han movido en torno a la música: Cantando en coros, estudiando en el conservatorio o tocando en bandas de música.
Pues bien, si digo que nací con el don de la arritmia musical pura y absoluta no miento. Tanto es así, que cuando de pequeñita iba a misa con mi abuela y me ponía a cantar las canciones, me atusaba la cabeza mientras me decía “Shh cariño”. Aún así, son pocos los que consiguen cohibir mis canturreos. 
Mi abuela también me ha dicho que no desafino mucho cuando estoy resfriada.
Lo más cerca que he estado de tocar un instrumento es la flauta dulce, llegué a pillarla el truco y se me daba bien; Pero de lo que más orgullosa estoy es que he llegado a tocar en piano la intro de la Familia Adams y un cacho de Titanic (Ambas con una mano, no penséis…). 
Eso sí, la teoría de los tiempos y duraciones de las notas me quedó muy clara en el colegio (Ah, otra vez el colegio, que nos quiere hacer tan talentosos a todos y nos enseña cosas tan útiles para la vida diaria como que una redonda son 4 tiempos), pero no tanto lo de ponerlo en práctica. Yo actúo sobre la marcha, como los grandes.

Si hablamos de artes gráficas, me atrevo a decir que mis fotos son decentes a pesar de no tener habilidad para “captar el momento”: Buscar un buen ángulo, jugar con las sombras.

Dibujando no soy tan desastre siempre y cuando no se hable de realismo, porque soy incapaz de hacer retratos, paisajes o cualquier cosa y que se asemeje a la realidad. En cambio, para hacer dibujos nivel amateur (Escenas, personajes de tipo anime, objetos) me apaño bastante bien y quedan simpáticos.

En el campo de las artes literarias resalta a la vista que no tengo el don del literato. 
Me cuesta horrores escribir de forma literaria y puedo tardar hasta dos semanas en escribir un folio.
A pesar de ello, gané dos premios cuando estaba en bachiller ya que nos obligaron invitaron a participar en dos concursos de redacciones. (Ya sabéis que a los colegios les encanta que sus alumnos participen a destajo en certámenes y concursos para que haya más probabilidades de que alguno gane y así, echarse flores, llenarse la boca y frotarse las patitas de “Qué oferta educativa más buena tenemos, qué alumnos más brillantes”. Qué paranoica soy, eh?)

Esos escritos los tiene guardados mi madre como oro en paño (Que para algo en lo que la niña destacaba un poco…). Si no los ha guardado tan bien que no los encuentra, los subiré al blog.
Hace 2 años escribí otro relato para un concurso navideño de adultos de mi ciudad, pero como la crisis es muy mala y el premio eran unos eurillos, lo suspendieron. Por ahí lo tengo guardado, esperando su oportunidad.


Nunca he tenido un don especial, ni he dejado bocas abiertas haciendo algo, pero como todos nosotros, habré nacido con otras pequeñas habilidades de las que alguien se habrá dado (o se dará) cuenta aunque para mí pasen desapercibidas.

¡Nos leemos!

4 comentarios:

  1. Pues lo mismo destacas en otras pequeñas habilidades, no sé... Lo mismo eres buena deportista, por ejemplo. O tienes "buena mano" con el trato con la gente y con los pacientes.

    Tengo ganas de leer esos escritos de los que hablas :)

    ¡Besos!

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    1. Está claro que todos tenemos algo en lo que destacamos y que nos hace especiales, aunque ese algo a veces sea tan pequeño que pasa desapercibido.
      Quizás eso que nos hace diferentes sea saltar a la comba con dos cuerdas, ayudar a tu hermana a entender la lección o poder calmar a un bebé cuando llora a todo pulmón.

      Un beso!

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  2. Me ha encantado que te compares con Octodad, ¡qué gráfico! xDD

    Yo tampoco destaco en nada (aunque todo el mundo dice que escribir escribo muy bien) pero seré buena persona o algo, ¿no? xD Pues lo mismo te pasará a ti, en cualquier cosita así que todo el mundo desde fuera piense "qué fácil" en realidad no sea tan fácil y a ti se te de genial.

    Quiero ver esos escritos :)

    ¡Un besote!

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    1. Ahí anda mi madre buscando los folios... Ya sospechaba yo que estaban tan bien guardados que le iba a costar encontrarlos xD

      Tampoco esperes nada del otro mundo, los escribí a la tierna edad de 16 ó 17 años y eran temas cerrados, en plan, uno era que te daban una frase y escribes un relato (fui a un colegio de curas en bachiller, así que te puedes hacer una idea de como es ese: El amor a la vida y aprender de los errores y esas cosillas que ponen de eslogan en los colegios religiosos) y el otro era un certamen de cuentos de navidad que hacía el ayuntamiento.

      Antes tenía más facilidad para escribir pequeñas cosillas, supongo que en parte "es gracias" a que mi yo adolescente y mi faceta de Drama Queen hacíamos un mundo de un grano de arena y sentíamos las cosas con tanta intensidad que nos inspiramos de todo. Ahora de mayor soy más pasota, no me tambalean tanto las emociones y ya no me inspiro en nada xD

      Un beso!

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